La pandemia de coronavirus ha traído cambios históricos. La participación del comercio electrónico global saltó del 14% en 2019 a alrededor del 17%. La obligación de estar en casa y los cierres de las tiendas físicas llevaron a crear nuevos clientes conectados.
El comercio electrónico ha experimentado un crecimiento exponencial y seguirá haciéndolo, mientras los perfiles y comportamientos de los clientes evolucionan. Conocer estas nuevas tendencias y adaptar el análisis de datos en el comercio electrónico son factores esenciales para garantizar el éxito en el corto plazo.
Entre estas tendencias y/o funcionalidades a tener en cuenta:
Personalización
Está muy bien personalizar nuestros servicios y productos a los diferentes tipos de clientes, pero esto es solo el primer paso. Lo realmente importante o el objetivo final debe ser la retención de cliente. Generar confianza es la clave para retener clientes y fidelizarles. Generamos confianza con honestidad, relevancia y trabajando con inteligencia artificial para conocer las prioridades y gustos de los clientes, respetando su privacidad en todo momento.
Planificación de la demanda
La venta digital de artículos como los alimentos y bebidas, los artículos para la salud y la higiene y los artículos de primera necesidad para el hogar se ha visto beneficiada por las restricciones de la pandemia, con aumentos de ventas a doble y triple dígitos. Otras categorías de producto pueden aprovecharse de esta ola de crecimiento. Utilizando las mismas herramientas de planificación de demanda, personalización, marketing, IA, etc. estos nuevos segmentos pueden captar nuevos clientes y/o fidelizar aún más clientes ya acostumbrados a comprar en línea.
Adicionalmente, el comercio transfronterizo sigue creciendo, generando nuevas oportunidades de negocio. Finalmente, el mercado profesional es otro segmento o categoría que presenta grandes oportunidades de crecimiento en comercio electrónico.
Sostenibilidad
Aunque como consumidores o clientes queremos el mejor servicio posible y que se escuchen nuestras necesidades, cada vez somos más conscientes del impacto que nuestras decisiones de compra tienen en el medio ambiente. La logística, el embalaje, la reutilización y el reciclaje, la huella de carbono del transporte, etc. son elementos en los que las empresas tienen que poner empeño para hacerlos más sostenibles y reducir su impacto ambiental. Un compromiso real con la reducción del impacto medioambiental no solo tiene impacto en la imagen de marca, sino que a largo plazo tiene mucho sentido financiero, reduciendo costes innecesarios.